miércoles, 16 de febrero de 2011

The King's Speech

Generalmente no hago reviews de películas, aunque esto puede muy bien cambiar desde ahora en adelante. Y no los hacia, no por falta de criterio, sino simplemente porque no se me había ocurrido el hacerlo por este medio, pues no es un blog precisamente de cine.

Aunque, en preparación para un anterior artículo, ya había visto esta película a través de medios... alternativos, siempre es bueno verla en pantalla grande. Fuimos invitados por Palacio del Cine a ver en una sesión privada, previa al estreno nacional, la majestuosa producción The King's Speech, o El Discurso del Rey.



Solemne, pero enternecedora. Que no permanece mas tiempo del necesario en pantalla, lo cual le da mucha efectividad y evita que se convierta en una larga y cansona película de época. Con una edición pausada, pero no lenta. Nos presenta un período importante en la vida del Rey George VI, quién es encarnado intensamente por el talentoso Colin Firth.

De la mano del realizador Tom Hooper, nos llega una película que combina muchos elementos y que, para variar, nos presenta la vida de una persona realmente interesante como lo fue Albert Frederick Arthur George (su nombre completo). Bertie, como le llama Lionel Logue su profesor de terapia del habla, es un tartamudo, lo cual es nefasto para una persona con su, ejem, profesión. Hay que decir que el no comienza como Rey, sino simplemente como el segundo hijo del Rey George V y que inicialmente quien estaba destinado a ser el Rey era su hermano mayor interpretado por Guy Pearce.

Las actuaciones están muy bien ejecutadas. De los pequeños papeles, sobresalen a mi entender: Michael Gambon como el Rey George V, solo tuvo una pequeña participación, pero, tal cual como el papel que interpretaba en los pocos minutos de escena que tuvo, su presencia fue imponente y de haberse mantenido más tiempo, se hubiese robado la película. Otro papel interesante y pequeño es el de la sabia esposa del Sr. Logue (Jennifer Ehle), así como el de las pequeñas y adorables Princesas Elizabeth y Margaret (Freya Wilson y Ramona Marquez respectivamente). Otros papeles pequeños y destacables son el del insidioso Arzobispo de Canterbury (Derek Jacobi) y el peculiar y siempre interesante Winston Churchill (Timothy Spall).

De los papeles principales, no es de sorprender que Colin Firth y Geoffrey Rush hayan hecho un trabajo magistral, especialmente en lo que respecta a la relación que se fue forjando entre los dos. Podemos ver como su amistad va creciendo y sorteando dificultades. Firth, genial manera de hacer de un tartamudo, te lo puedes creer literalmente. Rush, un veterano de época, que maneja al dedillo lo que es la actuación, pone siempre la nota jocosa y alegre, muy propio de su personaje. Siempre entregado a sus papeles sin importar lo ridículo de la película (por ejemplo, el Capitán Barbosa en las de Piratas del Caribe). Ambos están nominados a los premios Oscar en sus respectivas categorías, Actor Principal y Secundario. Completa la escena Helena Bonham-Carter, quién hace de la sensata y fuerte Elizabeth, la Duquesa de York y esposa de Albert.

La cinematografía es espectacular y muy bien utilizada, con tonos fríos y escenarios que nos recuerdan el encierro emocional que sufre Albert/George, a veces muy literalmente, como la escena del ascensor hacia el consultorio de Lionel. Muy buen trabajo de vestuario, adecuado a la época. Locaciones que se antojan imponentes y que resaltan la solemnidad de las situaciones. Me gustó mucho la escena de separación entre Albert y Lionel, si bien fue parca de palabras, fue precisa en emociones y usó de manera sutil pero efectiva el mise-en-scène.

Alexandre Desplat, genial en la partitura. Por sus propias palabras, nos encontramos ante un film con un acercamiento minimista y que no roba escenas a nadie, que solo esta para complementar lo que vemos y que, como debe ser, pasa casi desapercibido a nuestro aspecto consciente y racional, mas no a nuestro aspecto emocional, pues es como el aroma de una mujer hermosa o de un rico plato, que nos enamora sin darnos cuenta. El único momento en donde notamos su presencia es durante el clímax de la película.

Recomendamos ampliamente esta película, que garantizamos será del disfrute de todo aquel que la vea, sea cinéfilo o no. Confirmamos nuestras predicciones de que ganará los Oscars como Mejor Película y Mejor Actor. En el caso de Actor Secundario, la pelea seguirá dura entre Christian Bale y Geoffrey Rush, pero nos seguimos decantando por el Galés, especialmente porque ya Rush es dueño de una estatuilla y a la Academia le encanta ser salomónica en sus decisiones. Quizás el único cambio que haríamos sería en el de Mejor Partitura Original, pues esta vez pudimos disfrutar del sonido en calidad superior de cine, pero aún así considero que Trent Reznor y Atticus Ross deben ganar por The Social Network. Así que vayan a verla desde que este disponible en su Palacio del Cine más cercano, no se arrepentirán.

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